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El “régimen del 78” está presente en la práctica totalidad de los debates políticos en nuestro país. A derecha y a izquierda, para defenderlo o para atacarlo, todos señalan que lo que hoy sucede en España solo puede entenderse desde los éxitos o las limitaciones del régimen político vigente desde la aprobación de la Constitución en 1978.

Unos afirman que la transición nos ha legado el mayor periodo de prosperidad y estabilidad y descalifican como “populista” a todo el que la cuestione. Otros afirman que su “pecado original” de no romper con el régimen anterior nos impone una pesada losa: la pervivencia de “vestigios franquistas”, una “monarquía corrupta”, élites económicas y políticas “depredadoras”, personificadas en “una derecha reaccionaria”.
Vamos a entrar en este debate rabiosamente actual con un ciclo de Escuelas dando una visión a contracorriente, enfrentada a la “versión oficial” que nos difunden, sobre qué significan esas tan manidas palabras “régimen del 78”, cuáles son sus “secretos” y cómo influyen decisivamente en nuestro presente y en nuestro futuro.

Y para valorar algo hay que preguntarse siempre: ¿quién es su dueño? Y por tanto ¿a quién sirve? Porque el “régimen del 78” tiene dueño, vaya si lo tiene. No son los “vestigios del franquismo”, eso es perseguir fantasmas del pasado, ni “el bipartidismo” o “los jueces reaccionarios”, sería como apuntar al gerente de la fábrica y ocultar a su propietario.

Justamente en 1978, la línea aprobada en el Iº Congreso de Unificación Comunista de España afirmaba que “la tendencia en la actualidad es a que el imperialismo norteamericano secuestre cada vez más la independencia y la soberanía nacional de España”.

¿Qué ha sucedido desde entonces?

• Hemos entrado en la OTAN, las bases norteamericanas en España han sido utilizadas en múltiples guerras, y el ejército español está dirigido por un general norteamericano y participa en conflictos bélicos y operaciones militares para la superpotencia.
• En 1975, el capital extranjero controlaba el 13% de las acciones de las grandes empresas españolas, hoy ese porcentaje se ha multiplicado casi por cuatro, hasta suponer el 50,2%. Y sectores estratégicos como la electricidad, están en sus manos.
• Detrás de cada sacudida en la política española, encontramos la imposición de las necesidades de la superpotencia: en 1981 exigiendo una inmediata entrada en la OTAN, liquidando a un presidente -Adolfo Suárez, que se oponía a ello; y desde 2010 imponiéndonos una oleada de recortes que todavía no dan por concluida.

Ya tenemos al primer “dueño” del “régimen del 78”, que siempre es convenientemente ocultado.

Y junto a él encontramos a los nódulos principales de la oligarquía española, esos que desde 1978 han aumentado su poder, es decir su capacidad para imponer su atraco a toda la población.

En 1976, los salarios en España suponían el 68% del PIB… ya ahora solo representan el 47%. Esos 21 puntos perdidos suponen 274.000 millones que los trabajadores dejamos de cobrar. Si no nos los hubieran quitado cobraríamos un 50% más, por ejemplo en lugar de 700 euros nuestro sueldo seria de 1050.

Este saldo del “régimen del 78” también se oculta: el atraco y quien se ha quedado el botín, los grandes bancos y monopolios.

Comprender “el régimen del 78” es señalar a quiénes son sus dueños, y cómo nos imponen sus intereses al conjunto de la población. Esto es lo que vamos a estudiar.

Y frente a ellos existe otro protagonista que también se borra de la escena: el pueblo. Franco no se “murió en la cama”, sino en medio de la mayor oleada de huelgas y movilizaciones conocida en una dictadura. Sin las persistentes luchas populares, con la clase obrera a la cabeza, y en las que han participado todos los sectores sociales, la historia de las últimas décadas no sería la misma. Lo ocultan para que no seamos conscientes del poder y capacidad de influencia de la lucha popular, ayer y hoy.

Vamos a estudiar estos tres ejes -intervención imperialista, dominio oligárquico y lucha popular- desde el mismo origen de ese “régimen del 78” hasta la actualidad.

Lo que no nos cuentan del franquismo

Es posible hablar mucho sobre algo y no decir nada, o no decir nada de lo verdaderamente importante. Algo parecido sucede con el franquismo. Sigue presente en el debate político, pero se nos esconde lo que realmente significó la dictadura fascista. Y para entender el “régimen del 78” hay que aclarar de dónde viene.

Volvamos a la línea del Iº Congreso, escrita en 1978. Allí se afirmaba que:
“en el desarrollo monopolista de España ha jugado un papel decisivo el establecimiento de la dictadura fascista en 1939 y la intervención del imperialismo”.
Resaltando primero que
“es la dictadura terrorista de tipo fascista instaurada en 1939, lo que permite a la oligarquía financiera realizar un rápido proceso de acumulación de capital, mediante una explotación sin límite de la clase obrera y de las masas trabajadoras y la privación de todo derecho, de toda posibilidad de organizarse y defender sus intereses a las otras clases populares. La consolidación del capitalismo monopolista de estado ha ido aparejada con la más sanguinaria y corrompida dictadura que ha padecido España a lo largo de su historia”.

Este filo de clase, este antagonismo, está permanentemente borrado para proteger a quien se benefició de él. Hoy el Banco de Santander es la cabeza de la oligarquía. En 1939 era un banco de provincias, y gracias a la dictadura fascista sobre el pueblo creció hasta incrustarse en “los siete grandes bancos”, el corazón de la oligarquía.
Y se debe ocultar a toda costa que la dictadura fascista de Franco “sólo consiguió el poder mediante la intervención militar del imperialismo alemán e italiano con la ayuda solapada de los imperialistas ingleses, franceses y americanos”. Y luego, a partir de 1953 abrió la puerta de España de par en par al imperialismo yanqui.

Si hay que buscar hoy “vestigios del franquismo”, uno de los más importantes son las bases norteamericanas en España precisamente de lo que no se habla.

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